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ABRIL 2004
Fuente consultada: sierranevada.andigena.org/4.php
El territorio perteneciente al Parque Nacional Sierra Nevada se caracteriza por presentar dos patrones de precipitación según la exposición de sus vertientes o laderas. Las vertientes orientadas hacia la Cuenca del Río Chama presentan un patrón de precipitación marcadamente lacustre, influenciado por las masas de aire provenientes del Lago de Maracaibo, lo cual da origen a un ciclo anual de precipitación caracterizados por dos períodos máximos y dos mínimos. Las vertientes expuestas hacia los Llanos Occidentales presentan un patrón de precipitación caracterizado por la presencia de un período máximo concentrado entre los meses de mayo y octubre y un período seco o de mínima precipitación entre diciembre y marzo. Además de la precipitación en forma de lluvia, se presenta también precipitación en forma de nieve o nevadas en los lugares más elevados; estás nevadas son frecuentes entre los meses de julio a septiembre y esporádicas el resto del año. Temperatura: Debido a su ubicación en un sistema montañoso, el rango de temperatura en el parque es bastante amplio, oscilando su media anual entre los 26 °C en las áreas mas bajas (400 m.s.n.m.) y los -05 °C en las máximas alturas (>4900 m.s.n.m.). Relieve-Geomorfología: El Parque Nacional está constituido por un relieve abrupto con muy pocos terrenos planos, la mayor relevancia la constituye la Sierra Nevada de Mérida y la Sierra de Santo Domingo. Estos dos sistemas montañosos se caracterizan por poseer elevados picos, valles altos de origen glaciar en forma de "U" y profundos valles fluviales en forma de "V". En el parque se sitúan las mayores elevaciones del país como son: el Pico Bolívar con 4.980 m., los picos gemelos Humboldt con 4.942 m. y Bonpland con 4.883 m., el Pico La Concha con 4.922 m., Pico Espejo con 4.880 m., el Toro con 4.729 m., el Pico León con 4.740 m. y el Pico Mucuñuque con 4.609 m. Hidrografía: El parque está integrado por trece (13) cuencas y subcuencas hidrográficas principales a lo largo de sus dos vertientes; de estas cuencas, dos (02) drenan sus aguas hacia la Hoya del Lago de Maracaibo a través de los ríos Chama y Nuestra Señora; las restantes once (11) cuencas drenan sus aguas hacia la gran Hoya del Río Apure. También se encuentran numerosas lagunas de origen glaciar situadas entre los 3.000 y 4.500 m.s.n.m., destacándose: Mucubají, La Negra, Los Patos, La Canoa, Santo Cristo, Los Anteojos, El Rincón, El Royal, La Verde y El Suero.
La vegetación principal está representada por bosques ombrófilos montanos siempre verdes (selvas nubladas andinas), que ocupan la faja altitudinal comprendida entre los 2.000 y 3.000 m.s.n.m. Estos bosques densos presentan alturas medias a altas con 2 a 3 estratos arbóreos y sotobosques bien desarrollados, además de numerosas epifitas y especies endémicas. De las especies arbóreas identificadas, las dominantes son: el quindú (Laplacea fructicosa), el say-say (Weinmania jahni), el laurel (Ocotea sp.), la mano de león (Oreoponax moritzii), el tampaco (Clusia sp.), el pino laso (Podocarpus oleifolius), helechos arborescentes (Cyathea sp.), el coloradito (Polylepis sericea), entre otras. A partir de los 3.000 m. de altitud se desarrolla la vegetación de páramo, constituida por comunidades herbáceas y arbustivas de densidad variable dominada por un gran número de especies de frailejón (dominados por el género Espeletia). También se presenta una vegetación arbustal xerofítica en las áreas más secas de la Cuenca Río Nuestra Señora. En la zona del piedemonte andino – barinés se encuentran bosques siempre verdes conformados por varios estratos que ofrecen cobertura total al suelo; en estos bosques los árboles son de altura alta, con un dosel que no supera los 25 m, aunque se pueden encontrar algunos árboles solitarios que sobrepasan los 30 m. En algunos casos, estos bosques se encuentran fragmentados como consecuencia de la intervención antrópica con fines de expansión agrícola en épocas anteriores al decreto del parque.
La variación climática y los tipos de vegetación existentes, han dado origen a una gran diversidad de hábitats que brindan refugio y alimentación a un elevado número de especies faunísticas, algunas de ellas muy amenazadas de extinción como el oso frontino (Tremarctos ornatus), único representante de la familia de los úrsidos en América del Sur; el venado caramerudo del páramo (Odocoileus lasiotis), el paují copete de piedra (Pauxi pauxi), el gallito de la sierra (Rupicola peruviana), el puma ó león americano (Puma concolor), el coatí andino (Nasuella olivacea), el trigrillo andino (Leopardus tigrinus), la lapa del páramo (Agouti tackzanoswkii), el conejo del páramo (Silvilagus brasiliensis meridensis) y el jaguar (Panthera onca), entre otras. |
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